La disección de aorta es una emergencia médica cuyo diagnóstico y tratamiento debe ser lo más precoz posible. Consiste en un desgarro de la capa íntima de la aorta, penetrando la sangre a través de este y creando una falsa luz que puede progresar de proximal a distal. En función de su progresión clasificaremos en tipo A (ascendente) o tipo B (descendente) de Stanford.
El factor de riesgo más importante es la hipertensión arterial que, sobre una patología aórtica previa y/o valvular, consumo de cocaína o antecedentes familiares, aumenta su probabilidad.
Clínica:
Consiste en dolor centrotorácico de aparición brusca, lancinante, con irradiación a espalda y abdomen en función de su progresión asociado a sudoración y náuseas, mareo, vómitos, síncope, edema agudo de pulmón, paraparesia, etc.
Diagnóstico:
En la exploración física es característico encontrar asimetría de pulsos, soplos cardíacos e hipertensión o hipotensión en función de la evolución del cuadro (shock hipovolémico, taponamiento cardíaco, etc.). Los pulsos distales pueden estar conservados o pueden estar asimétricos en extremidades en función de la localización, también podemos encontrar focalidad neurológica si se ve afectada la carótida.
El diagnóstico definitivo se realiza a través de TAC toraco-abdominal con contraste IV, una vez estabilizado el paciente.
El diagnóstico definitivo de a la disección aórtica se realiza a través del TAC con contraste IV, una vez estabilizado el paciente.
A través de una serie de datos como los antecedentes del paciente, las características del dolor o los hallazgos en la exploración, podemos confirmar nuestra sospecha diagnóstica.
Tratamiento:
La prioridad en este tipo de pacientes consiste en la estabilización hemodinámica y de la vía aérea si precisa, así como control de la tensión arterial, manteniendo PAS 100-120mmHg y frecuencia cardiaca de 60lpm, para ello emplearemos betabloqueantes o antagonistas del calcio no dihidropidínicos así como el control del dolor para lo que emplearemos cloruro mórfico.
Si el paciente está hipotenso, sospecharemos de ruptura a saco pericárdico, por lo que debemos administrar volumen con suero fisiológico o concentrados de hematíes. Evitaremos agentes inotrópicos.
El tratamiento definitivo es quirúrgico en la disección de tipo A, mientras que el tratamiento de la disección tipo B es generalmente conservador.
Bibliografía
– Miguel Ángel Roig Osca. Estrategias terapéuticas en Medicina de Urgenicas.Hospital Universitario y Politécnico La Fe. Valencia. 6º Edición.
– https://thinkaorta.org/.